Casualidad
Hoy me he divertido con una historia doble. Son dos historias que en un detalle convergen y podrían ser una. Pero son dos. Las personas protagonistas de las historias sienten que son lo mejor mejor del mundo y que el resto es todo lo peor peor del mundo. Ambos sienten que son lo más lindo y adorable y admirable. Ambos creen que la vida empieza y termina dependiendo de donde empiecen y terminen ellos. Ambos dicen que sus vidas son horrorosamente sufridas, buscan desesperadamente la compasión ajena y son capaces de relatarle a una abuelita en un consultorio todo su repertorio de problemas síquicos. Ambos, además, se creen escritores "alternativos". A uno le ha ido mejor q al otro en sus incursiones literarias. No precisamente por bueno. Al otro le va mal en la literatura, en el cine, en el arte conceptual. Nadie repara en él. Y como el mundo es tan pequeño, esta mañana en la reunión con los de la editorial de otro país, por casualidad aparecieron ambos personajes, como ejemplos de cómo las personas talentosas se pierden a causa de su patetismo histérico.
Nota del editor: la conversación después derivó en futbolistas chilenos y argentinos y de ahí no supe más.
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